¿Tu gato cojea pero no siente dolor? Podrían estar escondiéndolo
¿Has notado que tu gato cojea pero no muestra signos de dolor? No se deje engañar. Existe una posibilidad razonable de que su mascota esté tratando de ocultarle su dolor. Además, se sabe que los gatos son resistentes y, a menudo, muestran muy pocos signos del dolor que pueden estar sintiendo. En este artículo, exploraremos las causas de la cojera en los gatos y cómo puedes saber si tu gato está experimentando dolor. Con este conocimiento, estará mejor preparado para identificar cualquier posible síntoma de incomodidad y brindarle a su compañero peludo la ayuda que pueda necesitar.
Causas de la cojera en los gatos
Hay una variedad de razones por las que un gato puede empezar a cojear. Podría ser algo tan simple como una distensión muscular por jugar o saltar demasiado. Pero también podría ser indicativo de una afección más grave, como artritis, cáncer de huesos o incluso una enfermedad cardíaca.
En algunos casos, la cojera puede deberse a una lesión importante, por lo que es imprescindible llevar a tu mascota al veterinario de inmediato. Si cree que es una emergencia, llame a su veterinario de inmediato; en caso contrario, pide cita con un veterinario especialista.
¿Por qué preocuparse si no tienen dolor?
Incluso si un gato no parece tener dolor, es crucial determinar la causa de su cojera. Esto se debe a que los gatos son excelentes para enmascarar su malestar y dolor. Aunque no lo parezca, tu gato podría tener un dolor intenso que debe ser tratado por un veterinario.
Puede ser un desafío identificar el origen de la cojera de un gato. Es posible que su mascota solo necesite algo tan simple como la extracción de astillas o el recorte de sus garras.Podría estar sufriendo de una condición más severa como artritis, fracturas o esguinces provocados por un trauma. La detección e intervención tempranas pueden aliviar algunas de las molestias y evitar que la condición empeore.
Cómo saber si un gato tiene dolor
Debido a que, naturalmente, tienden a ocultar cualquier signo de incomodidad o angustia, el dolor puede ser difícil de diagnosticar en los gatos. Por lo tanto, es fundamental prestar atención a los cambios sutiles en el comportamiento que podrían indicar la presencia de dolor.
Los signos comunes de un gato con dolor incluyen:
- cada vez menos social
- vocalizando inusualmente
- tener una disminución en la energía
- agresión
- patrones de sueño alterados
Además, los gatos pueden tener dificultades para realizar actividades de la vida diaria, como saltar sobre los muebles, subir o bajar escaleras o rascarse.
Posturas anormales, como pararse con las patas delanteras dobladas debajo del pecho o mantener las piernas dobladas cuando está acostado. Además, los cambios en las expresiones faciales, como una mueca o una mirada vacía, también pueden indicar que un gato tiene dolor.
Además de los cambios en el comportamiento, los gatos que experimentan dolor pueden dejar de acicalarse como de costumbre y desarrollar un pelaje desordenado o incluso acicalarse en exceso en ciertas áreas.
Si sospecha que su gato tiene dolor, es imperativo que lo lleve a un veterinario para un examen médico lo antes posible. Cuanto antes se diagnostique y se maneje el dolor, mejor calidad de vida tendrá el gato.
Medicamentos para el dolor para gatos
Hay una variedad de opciones de cuidado disponibles para los gatos que experimentan dolor. Estos van desde analgésicos hasta fisioterapia. En algunos casos, incluso puede ser necesaria la cirugía. El curso de tratamiento más apropiado dependerá de la causa subyacente del dolor.
También es pertinente tener en cuenta que nunca se deben administrar medicamentos humanos o analgésicos a una mascota sin consultar primero a un veterinario. Los medicamentos humanos pueden ser tóxicos para las mascotas y causar lesiones internas o muertes.
Qué hacer si crees que tu gato tiene dolor
Si crees que tu gato puede tener dolor, no dudes en llevarlo al veterinario. Con la ayuda de un profesional, puede asegurarse de que su gato reciba la atención y el tratamiento que necesita para sentirse más cómodo.
Además, puede apoyar a su gato durante su proceso de curación pasando tiempo con él y dándole toques suaves y golosinas limitadas según lo recomiende su veterinario. Esto puede ayudar a su mascota a recuperarse y volver a su forma habitual de jugar.
Pensamientos finales
Es útil recordar que los gatos son maestros en enmascarar su incomodidad. Por lo tanto, si su gato cojea pero no parece tener dolor, es aconsejable llevarlo al veterinario para un examen completo de todos modos. Esto se debe a que aún es fundamental llegar al fondo de por qué tienen dificultades para caminar y tratarlas en consecuencia. Al transportar un gato que cojea, siempre proceda con precaución, sostenga la cabeza y las caderas y manténgalo en un transportador de mascotas hasta que un técnico o veterinario pueda ayudarlo.
Fuentes y lecturas adicionales
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Dado que los gatos viven cada vez más, también experimentan el deterioro y el debilitamiento que acompañan al envejecimiento.Esto incluye el desarrollo de osteoartritis. Nadie está en mejor posición para identificar los cambios sutiles en el comportamiento.
Este artículo es preciso y fiel al leal saber y entender del autor. No pretende sustituir el diagnóstico, pronóstico, tratamiento, prescripción o asesoramiento formal e individualizado de un profesional médico veterinario. Los animales que muestren signos y síntomas de angustia deben ser vistos por un veterinario de inmediato.